Berlioz y la Hormiga bipolar (I)

martes, 21 de junio de 2011

Este cuento fue escrito por dos individuos de singular manera: El individuo A escribía 5 palabras mientras el individuo B escribía otras 5. El resultado es producto de la unión de dos mentes bastante complejas y distintas. Disfrútalo.
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Berlioz era un niño bastante tímido y un día se cayó de las escaleras porque iba corriendo y tropezó con una hormiga que dijo -hola, te ves con prisa Niño -. Y él le contesto -es que tengo que ir a comprar un cigarrito de marihuana - .y la hormiga contesto: -pero es para el otro lado -. Berlioz rio y dijo ¡ohh que pendejo estoy! tienes razón. La hormiga dijo -¿te puedo dar un abrazo? es que me siento algo sola triste porque nadie quiere acompañarme-. Berlioz dijo -mmm está bien - le dio el abrazo y continúo su camino sin mirar a la pobre hormiga llorar. la hormiga se quedo lamentándose porque quería un porrito de fresa con chocolate verde y una botella de whisky irlandés. Berlioz escuchó a la hormiga y regresó para decirle que si lo quería acompañar por el porrito de fresa con chocolate. La hormiga lo vio y le dijo -No gracias - Berlioz le pregunto -¿Porque? Si voy por el mismo camino. La hormiga dijo -pero no me caes nada bien wey-. berlioz dijo pero tú me abrazaste y yo pensé que chance éramos amigos pero ahora veo que eres bien pinche ojete. la hormiga dijo, no es que…

Lulú&Borrego

Continuará.
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Berlioz era un niño bastante tímido y un día se cayó de las escaleras porque iba corriendo y tropezó con una hormiga que dijo -hola, te ves con prisa Niño -. Y él le contesto -es que tengo que ir a comprar un cigarrito de marihuana - .y la hormiga contesto: -pero es para el otro lado -. Berlioz rio y dijo ¡ohh que pendejo estoy! tienes razón. La hormiga dijo -¿te puedo dar un abrazo? es que me siento algo sola triste porque nadie quiere acompañarme-. Berlioz dijo -mmm está bien - le dio el abrazo y continúo su camino sin mirar a la pobre hormiga llorar. la hormiga se quedo lamentándose porque quería un porrito de fresa con chocolate verde y una botella de whisky irlandés. Berlioz escuchó a la hormiga y regresó para decirle que si lo quería acompañar por el porrito de fresa con chocolate. La hormiga lo vio y le dijo -No gracias - Berlioz le pregunto -¿Porque? Si voy por el mismo camino. La hormiga dijo -pero no me caes nada bien wey-. berlioz dijo pero tú me abrazaste y yo pensé que chance éramos amigos pero ahora veo que eres bien pinche ojete. la hormiga dijo, no es que…

Lulú&Borrego

Continuará.

Más allá de la palabra

lunes, 20 de junio de 2011

Amor. Dolor. Resentimiento. Mudanza. Salud. Hogar. DF. Resistencia. Cerveza. Odio. Coraje. Soledad. Pasión. Rojo. Distancia. Color. Necaxa. Calor. Tú. Éxito. Luchar. Sabor. Ska. Blanco. Sueño. Distancia. Alcohol. Temor. Diferencia. Cultura. Portales. Futbol. Contracorriente. Fuerza. Fuego. Letras. Puebla. Sonrisa. Rizos. Melancolía. Nostalgia. Vida. Alegría. México. Tristeza. Paso. Tlalpan. Viajes. Anormal. Necedad. Balón. Desigualdad. Miserable. Muerte. Sangre. Izquierda. Reggae. Niki. Amistad. Calaveras. Mohawk. Victoria. Derrota. Amargura. Mar. Cholula. Quetzalan. Expresión. Tacos. Dramatismo. Slam. Piedras. Volar. Raro. Mayo. Gol. Imaginación. Tonto. Borregos. Tyson Realidad. Rock ‘n’ Roll. UBSM. Valor. Chale. Lluvia. Trompetas. Antisocial. Chido. Original. Infierno. Berlioz. Existencia. Fracaso. Confiable. Inutil. Soledad. Yo.

Ven

sábado, 11 de junio de 2011

Ven, escucha mi corazón al decir tu nombre
Escucha los tambores de guerra y aires de paz
Escucha tus defectos como no tus virtudes
Escucha tu sonrisa, tu mirada y tu sentir

Ven, observa mi corazón al ver tus ojos
Observa los veloces latidos que despide
Observa lo que quieres tu de mi
Observa tu silencio, tu mirar y tu reír

Ven, siente mi corazón al pensar en ti
Siente la fuerza de su tranquilidad
Siente el calor que producen tus labios
Siente tu risa, tu pensar y tu mirar.

Ven, ama a mi corazón como él a ti
Ama lento, con cariño y tu ternura.
Ama con tu corazón, pedazo de gloría.
Ama como solo tú sabes amar.

Ven, vuelve y se feliz entre mis brazos
Ven, crece conmigo y no te vayas más
Ven, quédate conmigo una eternidad
Ven, enséñame a volar y volemos juntos
Ven, ámame como yo te amo a ti.

Borrego,

Antes de morir

lunes, 6 de junio de 2011

Y que me encuentro un video en el famoso cybermundo del Yutubí. Bueno, realmente me lo encontré en el muro de un güey bastante simpático llamado Brando que me copia el estilo y que se siente Spaydermanoalgoasí. Total, me he robado el video porque realmente me parece muy interesante y creativo lo que hace esta niña que no conozco y que en mi vida he visto (No des click aquí para visitar su perfil).



Algún día, juro que me piratearé la idea y crearé uno igual pero no tan chingón.

Saludos Marianita y Brando.

PD. El nuevo sistema de publicado de videos de Yutubí para blogger me la ha pelado una vez más.

Distrito Federal

domingo, 5 de junio de 2011

La nostálgica luz de la luna entra por la ventana de mi carro que atraviesa Zaragoza a vuelta de rueda. No hay nada como conducir en la Ciudad de México para platicar con uno mismo. El automóvil se ha puesto deprimente y canta a todo volumen con los Bunkers –Adiós, amor…- . El pasado se fue disolviendo en la carretera, se lo comió el viento y algunos coyotes marihuanos porque aquí no es así.

Y de pronto me siento un parasito dentro del gran monstruo que es la Ciudad de México y acelero al dejar atrás Viaducto, pero en Tlalpan la cosa vuelve a la normalidad y el tráfico se enfurece, la gente se encabrona y la vida no vale dos pesos en una ciudad que está de mal humor.

A un costado corre furiosa la serpiente naranja que hace las veces de solitaria y las otras de transporte público. Los pasajeros del colectivo miran burlones las caras de los conductores que llevan dos horas encerrados en el embotellamiento cotidiano.

Aquí los Corvettes y los Dart 89’ corren exactamente lo mismo y lo mismo se dicen un taxista principiante que lleva colgado un disco del retrovisor y un chofer privado de esos elegantes y con boina cuando uno le gana el espacio al otro en esta guerra de motores y movimiento: ‘¡Chinga tu madre wey!’

Ha llegado la hora y en las esquinas se dejan ver las vendedoras de amor, las mujeres de la vida galante: las putas. La fila de coches comienzan a hacerse larga y el tráfico comienza a disminuir.

Esta vez entré por Portales para ver lo miserable que aún no se vuelve mi Barrio y veo en la esquina a un par de señores ahogados en alcohol cantándole con furia a una mujer que no los escucha y que más tarde se agarrarían a golpes o eso creyeron.

La Ciudad de la esperanza se ha obscurecido un poco más y el chevy comienza a exigir gasolina cuando por fin logro llegar a mi viejo departamentito de Antillas ahogado en cansancio y con resaca auditiva por tantas bocinas y fiestas por la calle.

Un animal dentro de mí me reclama a gritos que tengo que alimentarlo, que no sea culero, que llevo doce horas sin tragar más que unas sabritas rancias y una coca cola caduca. Lo primero que me cae a la mente es un bien servido plato de espaguetti del Italiani’s de Universidad pero mi cartera me lo impide: Cien pinches pesos. La segunda fue La Flama pero francamente me daba flojera manejar una vez más.

La opción fueron los ya famosos tacos de General Anaya y me tocó a mí burlarme ahora de los dos coches que pasan a cien por hora en la irónica e impredecible calzada de Tlalpan. No me dio tiempo ni de ponerme los audífonos cuando ya estaba ordenando: Dos campechanos sin aguacate por favor.

Después de quien sabe cuántos tacos, algunas cervezas y ‘la cuenta y dos policias’ me encaminé a casa, esta vez a pie pues el metro había cerrado ya, cuando pude verla sentada en la banqueta con sus verdes ojos goteantes...

By Borrego,

Continuará.

Desde mi chevy rojo

miércoles, 25 de mayo de 2011


La vida en un chevy rojo va de prisa, pero siempre despacio. Voy tomando periférico desde camino real. Todo corre poco pero me la suda: no hay nada como el olor a gasolina cuando el motor se fuerza y se esfuerza.

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Si cada cabeza es un mundo, cada motor una galaxia y cada coche una historia diferente. Un par de kilómetros después le subo a los No! y sus Borregos Kamikazes que suenan a través de mis bocinas rotas y me inspiran a volar. Acto seguido bajo el cristal y ahogo el acelerador.

Los problemas viajan en Sedán y minivan. No, mi Chevy rojo no corre como deportivo, pero se sabe defender. Mis lentes obscuros aparecen junto al resplandor del sol y el ‘perí’ se vuelve portador de accidentes. Uno a uno los vochos y las Voyager 2004 familiares se van quedando atrás.

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Como cualquier rebelde, termina por caer. Adiós a las minivans y los camiones de carga, llegó la hora de pelear. Los Kas, Los Golfs, los Derbys y hasta jettas y Boras van luchando en el camino pero siempre terminan por ver el tatuaje en la nalga izquierda de mi chevy: Un toro mamado que los mira retador, triunfante y orgulloso cuando en el retrovisor se asoma un Porche y me toca sudar y luchar. El toro siempre termina por esconderse y me toca ver otras calcomanías que se burlan de mi pequeño chevy rojo.
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Todo cabe en un Chevy rojo sabiéndolo acomodar. El chevy rojo es de aquellos desordenados que tienen todo tirado. Arreglar su maletero es casi tan difícil como dar una vuelta en la esquina sin frenar. Toda una vida viaja en los asientos traseros del automóvil rojo que se mueve ahora por la ciudad de la esperanza.

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Despacio, que llevamos prisa. Mi chevy rojo es descarado. Se le pone al tiro a cualquiera en plena hora pico. Se mete por aquí y por allá, acelera cuando ve el amarillo y no se deja de ningún ‘grandote’. Si, mi chevy rojo es un cabrón. Pero se sabe comportar cuando el riesgo es mayor. Despacio, que llevamos prisa y si queremos llegar.

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Compacto, flaquito y bonito. ¡Qué sexy es el chevy! No es muy tosco, cabe perfectamente en todos lados, se estaciona de lo más bello. No come casi nada: Cargar gasolina no es una actividad que uno frecuente mucho (aunque si cada vez más) desde el asiento de mi chevy rojo y sus curvas aéreas son encantadoras, pero sabe mostrar la trompa bien. Que belleza de automóvil.

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La vida es una carretera. Llego la hora de dormir, el coche cierra las luces o apaga sus ojos y después el motor logra descansar. No hay más camino y me quito el cinturón, apago la música y bajo del carro que otra vez quedo mal estacionado, pero se ve precioso. Nos vemos la próxima y cierro la puerta. Me meto a la casa no sin antes escucharlo decir hasta luego. ‘Beep Beep’.

Borrego,

El próximo sábado 21 de mayo.

martes, 10 de mayo de 2011


Dicen que lo único malo de ser niños, es el hecho de que se está condenado a ser adulto.

De ser adulto no puedo hablar, no tengo manera de hacerlo pues aún no conozco ese mundo lleno de estrés, aburrimiento, números y esclavismo. Del otro si puedo hablar porque lo conozco a la perfección: la Niñez.

El próximo sábado 21 de mayo, dejaré de habitar este mundo infantil que tantas aventuras me dio, para voltear hacia aquel otro, el de traje y corbata. El próximo sábado 21 de mayo diré adiós a mi infancia, dejaré de ser un niño y le diré hola a mi nueva vida, convirtiéndome en adulto.

Si, es posible que esté exagerando el tema y realmente sea que el próximo sábado 21 de mayo solo cumpliré un año más. Tal vez es que sólo tengo miedo.

Miedo a dejar de imaginar. A dejar de ser alegre. Miedo a no poder ver caricaturas los domingos por la mañana. Miedo a olvidar a Monchito y su carrito. Olvidar el la importancia del sombrero de Woody y lo peligroso que era cuando Buzz abría su casco. Olvidar que es lo bello de patear una pelota de fútbol. Olvidar la inocencia. Olvidar las lágrimas que derramé cuando Pikachu abandonaba a Ash. Olvidar a Tom y Jerry. Olvidar mis tardes en el Azteca de la mano de mi padre. Tal vez sea miedo a olvidar mi infancia poquito a poco.

El próximo sábado 21 de mayo morirá Carlitos para dar paso a Carlos.

Carlitos,
¡El post número 100 de Un Borrego Sin Manada no podía ser más especial para un niño!

Soledad.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Qué triste eres Soledad.

Qué triste eres porque no te quiero y no te vas.
Porque te odio y aquí estas como cada noche.
Porque es tu presencia la que me obliga a extrañar.
Porque no es la sonrisa de un ángel, es tu hedor.
Porque es tu sentir el que me hace sufrir.
Porque no eres ella, ni eres tú.
Porque no me dejas ser yo.
Porque bañas en sangre mi pasión.
Porque escupes en mi orgullo.
¡Que triste eres Soledad, porque no te vas!
Porque cambié sus sueños por tu pesadilla.
Porque dejé su felicidad para crear mi agonía.
Porque no te pedí que vinieras cuando se fuera.
Porque no cerró la puerta y entraste tú.
Porque te odio, maldito demonio.
Porque te odio, maldito extraño.
¡Porque te odio Soledad!
Porque te odio, amor…

Borrego,

Ciudad Soledad

lunes, 7 de marzo de 2011


Pequeña, modesta y olvidada se encuentra Soledad en la cima de la montaña más chica de la nación. En Soledad no existen grandes héroes ni leyendas locales y si las hay se han ido perdiendo con el paso del tiempo porque en Soledad todo se olvida.

Los pocos habitantes, quienes por cierto no se conocen, pasan sus días creándose una identidad porque han olvidado la suya y la anterior a esa. Una vez satisfechos se van a la cama y al despertar no recuerdan dónde viven, a que se dedican e incluso llegan a olvidar sus propios nombres. Los grandes edificios nunca fueron terminados pues la obra nunca era recordada por los obreros pues a la mañana siguiente no recordaban nada.

Los grandes equipos deportivos nunca compitieron porque después del primer día, nadie regresaba a entrenar. Los grandes negocios quebraron pues después de la inauguración, olvidaban volver a abrir. Los periódicos no publicaban pues los reporteros no acudían a las noticias que nunca había.

Así, cada mañana que pasa en Ciudad Soledad, los habitantes respiran nostalgia. Nostalgia de grandes historias que contar, de anécdotas que recordar, de amores que disfrutar, de festejos y de aquellos días de gloría que nunca tendrán...

Borrego,

Él porque, no lo sé. Pero aquí estoy...

miércoles, 23 de febrero de 2011

Pensé mil veces en un verso bello y acorde para retomar la actividad en mi pequeño espacio dentro del tremendo mundo de la red virtual. Pensé mil maneras, mil canciones, mil formas, mil videos, mil ideas y ninguna me llenó.

Es quizá el hecho de que no mucha gente se dé el tiempo de leer que es lo que ocurre en la vida de este pequeño ser que invade la tierra. Pensé en darle un giro, en cambiarle la idea, el template, la letra y hasta el nombre pero ninguna me llenó.

Es por eso que decidí tomar ‘Un Borrego Sin Manada’ como blog de notas personales abiertas a todo aquel ente (humano o no) que tenga interés en leerlo. Será entonces mi blog de recopilaciones personales, mismas como ideas, mis poesías (o intentos de poesía), mis aventuras, mis viajes, pensamientos y símiles que merecen algo más personal que un estatus en ‘Facebook’ o un ‘tweet’ con el pajarito.

Es para mi entonces, un verdadero orgullo presentarme la casa del Borrego. Hecha, naturalmente, por mi y para mi. Si tú, estimado amigo, estás interesado en leer mis pocas o muchas letras, eres más que bienvenido.

Comenzamos…